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Turbohélices: conectando comunidades remotas

Actualizado: 28 oct 2022


Hoy nos referimos a la flexibilidad que brindan los turbohélices a la industria de la aviación privada, hablamos de los principales aviones del segmento y aludimos también al rol que cumplen estas aeronaves conectando comunidades aisladas e impulsando diversas economías locales.


En Latinoamérica, específicamente en Colombia y Chile debido a sus características geográficas, existen cientos de pistas de difícil acceso que solamente pueden ser alcanzadas por aeronaves turbohélices gracias a sus capacidades operacionales. El aeropuerto La Nubia, en Manizales, Colombia, y el aeródromo Marcel Marchant, en Puerto Montt, Chile, y más conocido localmente como La Paloma, son algunos ejemplos donde únicamente turbohélices o aeronaves a pistón de menor tamaño pueden aterrizar en la loza.


Cuando se piensa en la aviación ejecutiva, los aviones de tipo jet son a menudo lo primero que se viene a la mente. Sin embargo, el tipo de avión que "mueve" este mercado a nivel mundial son los turbohélices. Aeronaves versátiles, con un costo operativo menor que un jet y con capacidad para aterrizar en pistas más pequeñas, incluyendo pasto y tierra, sin renunciar a la comodidad que define este segmento.


En Sudamérica, varios de los socios operadores de Flapz operan modernos turbohélices, como Aerocardal en Chile, por ejemplo, quien emplea el Pilatus PC-12, discutiblemente la aeronave más completa de su segmento, para diversas misiones a nivel doméstico e internacional. De fabricación suiza, la versatilidad del monomotor PC-12 permite a los operadores no solo utilizarlo para vuelos privados o chárter, sino también para transporte de carga y traslados aeromédicos.


El modelo combina la velocidad, comodidad y seguridad de un jet ejecutivo bimotor con la rentabilidad del King Air C90, un destacado turbohélice bimotor que también brinda gran versatilidad a quienes lo operan.


Rendimiento, comodidad y seguridad


Los turbohélices entregan no solo un excelente desempeño, sino también una gran versatilidad al servir indistintamente para vuelos ejecutivos, de ambulancia o de carga, gracias a la combinación de varias características como su operación en pistas cortas, incluso de tierra o pasto, y amplias puertas que facilitan enormemente el acceso de camillas y pacientes o la carga de artículos de gran volumen que normalmente no cabrían por las estrechas puertas de un jet.


Asimismo, para viajes cortos de menos de tres horas, los turbohélices son la opción recomendada si se cuenta con un presupuesto ajustado. Y además del Pilatus PC-12 también hay otros modelos que ofrecen una gran experiencia, como el Cessna Grand Caravan, también de un motor y con gran historial de seguridad. De hecho, Flapz ofrece un exclusivo Getaway junto a Savanna Orinoquía Lodge a bordo del mencionado Caravan con capacidad para 10 personas.

Otros turbohélices que vale la pena mencionar son el Conquest y Conquest II, excelentes opciones porque son económicos y relativamente rápidos, lo que los convierte en un buen punto de partida para experimentar la escala completa de comodidades de la aviación privada.


Conectando comunidades remotas en todo el mundo


En todo el mundo y especialmente en los mercados en desarrollo donde los jets privados aún son escasos, las empresas y pasajeros confían en los turbohélices. Las ciudades con aeropuertos secundarios son un gran ejemplo. Flapz tiene una amplia experiencia conectando regiones aisladas, llevando pasajeros a lugares donde la aviación comercial carece de presencia, impulsando a la economía local ya sea para vuelos chárter o de carga.


Bajo esa misma premisa nació en Estados Unidos el programa No Plane, No Gain, impulsado por la NBAA (Asociación Nacional de Aviación Ejecutiva), con el propósito de educar a la comunidad sobre cómo la aviación ejecutiva llega a ciudades más pequeñas en el país sin conexiones comerciales, impulsando la economía de comunidades enteras, específicamente a través de las pequeñas y medianas empresas.


En la misma línea, un poco más al norte, una ruta que ejemplifica lo anterior en las circunstancias históricas actuales es el vuelo turbohélice de 8 horas de Air Greenland desde Nuuk, Groenlandia, y Copenhague, Dinamarca. Las pruebas de Covid-19 no se pueden procesar en Groenlandia, por lo que deben volar a Copenhague. El vuelo se realiza en un Dash 8-200, con parada de repostaje en Islandia. En condiciones normales, no hay demanda ni capacidad operacional para que un jet comercial más grande aterrice en el aeropuerto de Nuuk, lo que hace que los turbohélices sean esenciales para miles de personas, especialmente en tiempos de crisis.


En esencia, hoy en día, los turbohélices son los caballos de batalla de la aviación privada, los cuales, gracias a su bajo costo operacional, seguridad y versatilidad sin paralelos, sirven para conectar comunidades remotas, impulsar economías locales e incluso salvar vidas. Flapz pone a disposición de los usuarios en su plataforma digital de reservas decenas de turbohélices certificados y estratégicamente localizados en toda Sudamérica.


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